domingo, 11 de marzo de 2018

LA MUERTE.

De tanto en cuando la muerte nos hace reflexionar y poner los pies en la tierra y recordarnos que no somos eternos y que tarde o temprano vendrá a buscarnos. Cuando así sea la mejor recompensa serán los momentos compartidos y la satisfacción de haber formado parte de esa vida que se ha ido.Esta última morada puede o no estar florida, ser o no un gran mausoleo pero ante la muerte todos tenemos el mismo precio...Si alguien nos sigue recordando cuando haya pasado el tiempo...seguiremos vivos... aunque sea en el recuerdo.

1 comentario:

  1. Decía Mario Benedetti algo así como que "la muerte es un síntoma de que hubo vida". Qué fortuna, pues, morir. Porque ¡viviste!.

    El drama es que no vivimos. Lo terrible es que pensamos que estamos viviendo, en lugar de vivir. Y a ese pensar que vivimos le llamamos vida.

    Pero la vida se vive, no se piensa. Sucede que todo lo filtramos a través de la mente. Tienes delante de ti "algo" e inmediatamente tu mente ya tiene preparado un nombre para eso. Y a partir de ese instante, ya no ves la cosa, ves el concepto de la cosa. La mente se ha interpuesto entre la realidad y tú. Y así con todo: objetos, sucesos, sentires...

    La mente no cesa, nunca descansa... La mente va y viene, pero no sabe estarse quieta. Siempre archiva, clasifica, compara, escoge, planea... Por eso estamos apegados al pasado desde la nostalgia, la frustración, la culpa;
    siempre apegados al futuro desde el deseo o el miedo.

    Pero mientras, el único momento real que existe, el único momento que realmente vives, el ahora, se pierde, se escapa. Estás pensándolo mientras lo vives, ajeno a esa experiencia directa.

    Pero si eres capaz de captar ese momento presente, tan efímero pero a la vez tan eterno, porque Siempre Es, porque Tú Eres ese Instante y solo ese Instante, te darás cuenta de que eso que llamamos muerte, nos sucede a cada momento de nuestras vidas. Siempre estamos muriendo, siempre, a cada instante estamos dejando de ser (físicamente) el que somos para volver a ser de nuevo, algo distintos ya, porque nada permanece ni puede permanecer jamás, porque el futuro no llega de ninguna parte, porque el pasado no va a ningún lugar donde quede allí depositado. Porque todo es ahora. Siempre ha sido ahora. Siempre será ahora.

    Por eso, como enseña el Budismo, nadie puede morirse mañana, pasado, dentro de 50 años...eso es una ilusión. Todo el mundo se muere AHORA.Y luego, ¿qué? Luego, como bien dices, Pili, los de aquí, los que siguen enredados en la maraña del Tiempo, nos recuerdan. Y tú, yo, desde alguna otra parte del mismo Eterno Instante que Todos Somos, sigues, seguimos, el rumbo hacia... hacia nosotros mismos. ¿A dónde, si no, podríamos ir?.

    ResponderEliminar